La sudadera: del gimnasio al street style (sin perder estilo)

Cómoda, versátil y con mucho carácter. La sudadera es una de esas prendas que todos tenemos, pero pocos conocen s

u historia. Lo curioso es que, aunque hoy la llevas al trabajo, al café o de viaje, su origen no tiene nada que ver con el estilo, y sí mucho con el sudor. Literalmente.

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Todo empezó en los años 20… en una fábrica

La primera sudadera apareció en EE.UU. en los años 20, cuando una empresa textil creó una prenda de algodón grueso para que los trabajadores de almacén no pasaran frío. Era más suave que la lana, más fácil de lavar, y absorbía el sudor (de ahí su nombre: sweatshirt).

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El deporte la adopta (y la mejora)

No pasó mucho tiempo hasta que los equipos universitarios empezaron a usarla para entrenar. Su comodidad y resistencia la convirtieron en una prenda perfecta para el entorno deportivo. Y entonces apareció el capó: nació la sudadera con capucha, ideal para protegerse del frío antes o después del partido.

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La calle la convierte en ícono

A partir de los 80, la sudadera deja el gimnasio y se adueña del asfalto. El hip hop, el skate y el arte urbano la convierten en una seña de identidad generacional. Grandes logos, mensajes potentes o lisas y sobrias, las sudaderas empezaron a hablar por quienes las llevaban.

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Hoy: comodidad con diseño

Hoy la sudadera ya no es informal por defecto. Se ha convertido en una pieza de fondo de armario bien pensada, que puedes combinar con chinos, vaqueros o incluso una americana. En Ivory Tailor, apostamos por sudaderas confeccionadas con algodones sostenibles y un corte limpio que equilibra comodidad y estilo. Porque vestir relajado también puede ser vestir con clase.

¿Por qué nos encanta?

Porque la sudadera representa esa nueva masculinidad: práctica, auténtica y sin miedo a mezclar elegancia con confort. Ya no se trata de sudar: se trata de vestir sin renunciar a ti.