De la nobleza al street style: la historia (nada aburrida) de la camisa
- pedidosivorytailor
- 31 may
- 2 Min. de lectura

Pocas prendas han sobrevivido tantos siglos con tanto estilo como la camisa. Blanca, de lino, con cuello rígido o relajado, de botones o sin ellos… La camisa ha sido testigo de revoluciones, bodas, guerras, oficinas y citas importantes. ¿Te has parado a pensar todo lo que ha vivido esta prenda?
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Todo empezó con… ropa interior
Sí, como lo lees. En sus orígenes, la camisa era una prenda interior. En la Edad Media, los hombres la llevaban debajo de todo, como una barrera entre el cuerpo y las prendas “serias”. Era blanca (porque se lavaba a menudo) y sin apenas adornos. Cero glamour, pero mucho sentido práctico.
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Del anonimato al símbolo de clase
Durante siglos, la camisa fue invisible… hasta que la aristocracia decidió mostrar los cuellos y puños almidonados como símbolo de estatus. Cuanto más inmaculada y rígida, más alta tu posición social. No necesitabas mancharte las manos, y tu camisa lo dejaba claro.
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Revolución industrial: nace la camisa moderna
Con la llegada de la industrialización, las camisas empezaron a fabricarse en serie. Se inventaron los cuellos y puños intercambiables, y poco a poco fueron saliendo del “interior” para ganar protagonismo. El modelo clásico de camisa blanca con botones se convirtió en un icono de profesionalidad y elegancia.
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Oficinas, rebeldía y estilo
Durante el siglo XX, la camisa vivió de todo: fue uniforme de empresarios y banqueros, pero también parte del atuendo rebelde de los mods británicos, del look casual americano o del movimiento minimalista. La camisa pasó de ser formal a versátil, y aprendimos a combinarla con vaqueros, deportivas o lo que hiciera falta.
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Hoy: la camisa según tú
En la actualidad, la camisa no tiene reglas fijas. Puedes llevarla planchada al milímetro o arremangada con actitud. De lino, algodón peinado, cuello mao o sin botones… En Ivory Tailor diseñamos camisas que respetan su historia, pero que miran al futuro: con tejidos sostenibles, cortes cómodos y ese punto atemporal que hace que siempre funcione.
¿Moraleja?
Detrás de una buena camisa no solo hay estilo: hay siglos de historia, evolución y carácter. Y tú formas parte de esa historia cada vez que eliges una.
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